Quiero compartir con ustedes parte importante de mi historia personal y profesional que me ha llevado a abordar un tema de suma relevancia en el ámbito de la salud mental materna y el desarrollo infantil: el porteo. A medida que profundizo en este tema, me doy cuenta de su potencial impacto en la vida de las madres y sus bebés, y cómo puede contribuir significativamente a la construcción de relaciones afectivas saludables y al bienestar emocional a largo plazo.
Mi historia comienza con el nacimiento de mi hijo, una experiencia que tenía expectativas muy diferentes. Como muchas madres, me preparé para un parto natural, pero una cesárea de emergencia cambió drásticamente mis planes y me dejó con una sensación de tristeza y desilusión. El contacto inicial con mi bebé se vio limitado, lo que dejó una marca profunda en mi salud mental y emocional.
Fue solo después de diez días de su nacimiento que experimenté el porteo por primera vez. La sensación de tener a mi bebé cerca, de recuperar la conexión que se había visto interrumpida en esas primeras horas de vida, fue maravillosa. El porteo me devolvió el vínculo que yo había sentido perdido y me hizo comprender la importancia del contacto en la crianza.
Esta experiencia me llevó a profundizar en el tema y a formarme como asesora de porteo. A través de mi formación, he aprendido sobre los innumerables beneficios del contacto y el porteo en la crianza. Pero también me planteé preguntas fundamentales: ¿Qué sucede si no ofrecemos suficiente contacto a nuestros hijos? ¿Cuáles son las consecuencias a corto, mediano y largo plazo de la falta de atención a sus necesidades físicas y emocionales?
Fue entonces cuando me encontré con un alarmante noticia que hablaba sobre informe que afirmaba que los niños chilenos menores de 6 años tenían la peor salud mental del mundo. Las estadísticas eran preocupantes, con un alto porcentaje de trastornos del comportamiento y depresión en los niños. Esta revelación me llevó a cuestionarme qué nos había llevado a este punto y si como asesoras de porteo podríamos contribuir de alguna manera a revertir esta tendencia.
Consulté a la psicóloga Francisca Ortiz Silva, quien me introdujo a la teoría de "holding" y "handling" desarrollada por Donald Winnicott. Esta teoría arroja luz sobre cómo los primeros vínculos afectivos entre el bebé y su cuidador influyen en su desarrollo emocional a lo largo de la vida. Winnicott nos habla de la importancia del "holding" como el apego afectivo primario del bebé y del "handling" como el cuidado físico que le permite desarrollar una conciencia de su propio cuerpo.
El "handling" se convierte en un componente crucial en la vida cotidiana de un bebé, ya que abarca todas las rutinas de cuidado a lo largo del día y la noche. Es a través de estos cuidados que el bebé recibe una atención personalizada, única y necesaria para su crecimiento y bienestar. Sin esta manipulación activa y adaptativa, la integración psíquica y física podría verse obstaculizada.
La madre que sostiene a su bebé con tranquilidad, ajustando la presión de sus brazos a las necesidades del niño, lo mece suavemente y le habla cálidamente proporciona una vivencia integradora del cuerpo del bebé. Esta experiencia de sostenimiento facilita la integración psíquica del infante y sienta las bases para una salud mental sólida en el futuro.
Aquí es donde el porteo adquiere un papel protagonista en la crianza consciente. Al portear a un bebé, no solo se proporciona el contacto físico y la sensación de seguridad que la teoría de "holding" y "handling" promueve, sino que también se fortalece el vínculo emocional entre la madre y el hijo. Al llevar al bebé cerca del cuerpo, la madre permite que el bebé experimente una continuidad de cuidado que es esencial para su desarrollo emocional.
El porteo ofrece una oportunidad única para que la madre se convierta en ese entorno "maternante" adaptable y afectuoso que Winnicott describió como fundamental para el desarrollo saludable del bebé. Además, al portear, la madre puede satisfacer de manera inmediata las necesidades físicas y emocionales de su hijo, lo que contribuye significativamente a la construcción de una base sólida para la salud mental infantil.
Creo firmemente que el porteo no es solo una moda o una elección conveniente para las familias ocupadas, sino una herramienta esencial para la crianza consciente y el bienestar de madres e hijos. Al abrazar la teoría de "holding" y "handling" y aplicarla a través del porteo, podemos fomentar relaciones afectivas saludables y sentar las bases para un desarrollo emocional sólido en la próxima generación. El contacto físico, el apego y el amor son los ingredientes clave para un futuro más brillante y emocionalmente equilibrado.
Citando nuevamente a D.W. Winnicott: "El rostro de la madre es el espejo en el que el bebé comienza a reconocerse a sí mismo". Aprovechemos esta oportunidad para reflejar amor, cuidado y conexión en la crianza de nuestros hijos, creando así un mundo más cálido y emocionalmente rico.
Sin embargo, este enfoque en la crianza consciente adquiere una urgencia aún mayor a la luz de una noticia preocupante: "Investigación afirma que niños chilenos menores de 6 años sufren la peor salud mental del mundo". Este informe, presentado por la directora del departamento de psiquiatría y salud mental de una renombrada universidad en Chile, revela una crisis alarmante en la salud mental de los niños en el país.
Los resultados de esta investigación apuntan a un aumento dramático en trastornos de salud mental, incluyendo déficit de atención, hiperactividad y agresividad en niños chilenos menores de 6 años. Esta tendencia es profundamente preocupante, ya que afecta no solo el bienestar emocional de los niños, sino también su desarrollo cognitivo y social.
Este hallazgo plantea interrogantes críticos sobre las causas subyacentes de esta crisis y la necesidad de intervenciones efectivas para abordarla. La salud mental infantil es un tema de preocupación global, y la situación en Chile es un llamado de atención para la comunidad internacional.
En última instancia, la investigación sobre la salud mental infantil y la crianza consciente se entrelazan en un desafío apremiante. La promoción del contacto cercano y el porteo como parte integral de la crianza puede ser una estrategia fundamental para abordar la salud mental de los niños y garantizar un futuro más saludable y equitativo.
Agradezco tu atención y espero que este enfoque más profundo en la teoría de "holding" y "handling" y su relación con el porteo haya fortalecido aún más nuestra comprensión de su importancia en la crianza consciente. Esta reflexión se presenta en el contexto de una noticia inquietante sobre la salud mental infantil en Chile, que subraya la urgencia de actuar y promover prácticas de crianza que fomenten el bienestar emocional de nuestros hijos y las generaciones futuras.
Referencias Bibliográficas
Kimelman,M (21.06.2019). Investigación afirma que niños chilenos menores de 6 años sufren la peor salud mental del mundo. CNN Chile, Recuperado de https://www.cnnchile.com/tendencias/ninos-chilenos-peor-salud-mental-mundo_20190621/
Winnicott, D. W. (1979). Escritos de Pediatría y Psicoanálisis. Barcelona: Laia
Escrito en Marzo 2020 por Natalia de Bien Porteado
